El amor a la literatura empezó a crecer en mí hace ya muchos años, herencia familiar por supuesto pero, si he de resaltar quien, consiente o no, me sumergió en ese maravilloso mundo tengo que decir que fué mi hermana la que hizo que, por primera vez, un libro me hechizara…
Ella, joven, hermosa, vital, enamorada de la vida, romántica y soñadora, a su edad me contagió, (yo con apenas 12 años), ese amor a la literatura, pero tengo que reconocer que esa lectura inaugural de amores imposibles, pasiones incontenibles esa, que solo la podías encontrar en los libros de Corín Tellado, esa me cautivo.
Maravilloso descubrimiento para mí, me enamore por primera vez de los galanes de novela literaria…
A veces, pasaba de esa pasión ardiente a la herencia de mi padre, Agatha Christie, genero policial. Y así transcurrían mis días de pubertad y adolescencia entre románticos galanes e investigaciones policiacas, hasta que un día, ya a la edad de 14 años, una profesora de español me mostro a Gabriel García Márquez y sus Cien años de soledad… y ahí quedé yo, hipnotizada por la obra de Gabo, obra que siempre seguí.
De ese tiempo hasta ahora he leído incontables libros de diferentes géneros, descubriendo con esto mi gran ignorancia literaria, como decía Sócrates…”Solo sé que no sé nada” o como aquel que en vez de leer decide viajar y descubre día a día que es poco lo que conoce.
Pero sobre todo he visitado varias librerías buscando siempre un amante literario que me conquiste y por eso quiero compartir con ustedes una a la que fui llevada de la mano por mi hijo mayor, compañero de lectura, custodio y amante de nuestra herencia literaria.
La librería se llama Quevedo, fundada hace más de 30 años, está ubicada en la carrera 11 No. 67-24 nos ofrece una gran variedad de literatura selectiva, joyas bibliográficas y ejemplares de tiempos remotos.
Cuando entré a la librería no tenía muy claro qué ejemplar iba a buscar, es inevitable contagiarse del ambiente que se respira en este pequeño espacio, con su personalidad profundamente arraigada, donde sus libros te miran desde estantes en madera todos perfectamente organizados en desorden, pero como soy de las que creo en la magia y la casualidad mis manos se toparon, sin buscarlo, con un libro llamado La Etiqueta Hoy, su autora Nathalie Devalls, ahora en proceso de lectura…, también adquirí por recomendación de una amiga psicóloga Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, de Stephen R. Covey y por último una verdadera antigüedad impreso en 1930… mío solo mío.
Así que los invito, amantes o no de la literatura, a sumergirse en los pasillos no solo de esta si no de las contadas librerías que nos ofrece Bogotá con este género.
No soy de las que piensa que el leer te hace más inteligente, pero en mi caso me transporta, me habla y hace volar mi imaginación sin pensar en lo que esté bien o lo que este mal, ni mucho menos si le gusta o no a las demás personas, sobre todo que puedo hacer de un libro mio… sin más.
Feliz fin de semana… los invito a leer!!!